domingo, 29 de junio de 2025
lunes, 9 de junio de 2025
La Virgen María en ejemplos 13: El Ave María y el Bonzo
Un bonzo que agonizaba deseaba ver al misionero. Ser bonzo era ser un sacerdote del diablo y, por lo tanto, enemigo del sacerdote de Jesucristo. A pesar de todo fue el buen misionero. Al llegar a la choza le dice: “Padre, temía morir antes de que llegase, quiero el bautismo”. Para explicar el cambio tan extraño añadió: “Escuchad, Padre: Mi madre era cristiana y murió cuando yo era niño aún. Pero antes de morir me entregó esta medallita y me dijo: Es la medalla de María, nuestra Madre, prométeme que no la abandonarás nunca y que le dirás con frecuencia el Avemaría que te he enseñado para prepararte al Bautismo.
Mis parientes, paganos, me entregaron a los bonzos para desembarazarse de mí. Durante cincuenta años he vivido a su servicio, he asistido a las ceremonias, he quemado incienso ante los ídolos, pero siempre he guardado junto a mi pecho la medalla, y he rezado con frecuencia el Avemaría.
Cuando me sentí enfermo abandoné la pagoda y los bonzos… Pero, Padre, bautíceme pronto… Me siento morir… El misionero, conmovido, vertió el agua bendita sobre la frente del moribundo, que expiraba diciendo: “Ave María, Ave María”.
El Siglo de las Misiones
(Lourdes-Fátima)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
-
Creo Señor, pero afirma mi fe; espero en Ti, pero asegura mi esperanza; Te amo, pero inflama mi amor; me arrepiento, pero aumenta mi arrepen...
-
En un rincón de la Misión una anciana se encuentra enferma de muerte. Bautizada pero apóstata con escándalo de todo el pueblo, el misioner...