Santa Brígida de Suecia fue una de las santas de la edad media más célebres por su influencia en los acontecimientos de su época y por sus dones de profecía y renovación del espíritu religioso. Fundó la Orden de las Religiosas de San Salvador, hizo una famosa Peregrinación a Santiago de Compostela y a Jerusalén, siendo su Director el Obispo de Jaén, y nos ha dejado una serie notabilísima de predicciones y escritos que la consagran como una de las videntes más famosas de todos los tiempos. El Breviario en las lecciones de su festividad hace referencia al espíritu profético de que estuvo dotada.
Respecto a los últimos tiempos se hallan entre sus vaticinios las siguientes palabras: “Antes de que venga el Anticristo se abrirán las puertas de la fe a algunas naciones, en las cuales se cumplirán las palabras de Isaías” (55,5): “Llamarás a pueblos que te son desconocidos y pueblos que no te conocen correrán a Ti”. Después habrá muchos cristianos amadores de herejías e inicuos perseguidores del clero y enemigos de la justicia.
Por fin vendrá el más criminal de los hombres, que unido con los judíos combatirá contra todo el mundo y hará todos los esfuerzos por borrar el nombre cristiano: Muchos serán matados. Sobrevendrá una funestísima guerra que tendrá fin cuando sea proclamado Emperador, un hombre proveniente de España.
“Este vencerá maravillosamente con el estandarte de la Cruz y será el develador de la secta de Mahoma y el que restituya el templo de Santa Sofía.
“Este mundo es como una nave movida de zozobras y agitada por las borrascas de las tentaciones y el hombre no puede vivir en ella seguro, antes de llegar al puerto de descanso. Así como en la nave hay tres partes: la proa, el medio y la popa, así tres edades, te describo Yo que hay en el mundo. La primera fue desde Adán hasta mi Encarnación, que era alta, admirable y fuerte. Alta en la piedad de los Patriarcas, admirable en la ciencia de los Profetas y fuerte en la observancia de la Ley. Pero esta parte empezó a descender poco a poco, cuando el pueblo judaico, despreciando mis santos mandamientos, se entregó a la maldad e impiedad, por lo cual fue desechado de esta honra y posesión.
“Este mundo es como una nave movida de zozobras y agitada por las borrascas de las tentaciones y el hombre no puede vivir en ella seguro, antes de llegar al puerto de descanso. Así como en la nave hay tres partes: la proa, el medio y la popa, así tres edades, te describo Yo que hay en el mundo. La primera fue desde Adán hasta mi Encarnación, que era alta, admirable y fuerte. Alta en la piedad de los Patriarcas, admirable en la ciencia de los Profetas y fuerte en la observancia de la Ley. Pero esta parte empezó a descender poco a poco, cuando el pueblo judaico, despreciando mis santos mandamientos, se entregó a la maldad e impiedad, por lo cual fue desechado de esta honra y posesión.
Más la parte media de la nave, esto es del mundo, entonces empezó a aparecer cuando Yo mismo, hijo de Dios vivo, quise encarnarme, la cual así como la parte media de la nave es más baja y humilde que la otra, así en mi venida empezó a predicarse la humildad y honestidad que muchos siguieron por largo tiempo. Pero ahora que la soberbia y la impiedad prevalecen y que mi Pasión está casi olvidada y despreciada, empieza, por tanto, la tercera parte, que durara hasta el Juicio.
En esta edad he mandado por tu medio al mundo las palabras de mi boca, y aquellos que las oyeren y siguieren serán felices. Así, pues, como Juan dice, no en su Evangelio, sino en el Mio: “Bienaventurados aquellos que no han visto y han creído”. Ahora digo yo: “Bienaventurados serán con felicidad eterna aquellos que oyeren estas palabras y las siguieren”.
“En el fin de esta edad nacerá el Anticristo. Así como de la unión espiritual nacen los hijos de Dios, así el Anticristo nacerá de una mujer maldita, que fingirá saber cosas espirituales, y de un hombre malo, de cuyas semillas, por permisión Mia, el diablo formará su obra. Pero el tiempo del Anticristo no será como aquel religioso, cuyos libros has visto, describe, sino en un tiempo de Mi desconocido, cuando la iniquidad abundare sobremanera y la impiedad creciere inmensamente. Sábete, pues, por lo tanto, que antes de que el Anticristo viniere se abrirá a los gentiles la puerta de la Fe. Más después, amando los cristianos las herejías, y conculcando los inicuos al Clero y a la Justicia, será la señal evidente, de que en breve vendrá el Anticristo: “En los escritos de la Santa se halla consignada esta predicción: En 1980, triunfarán los impíos”.
(Tomado del libro VI de sus “REVELACIONES”, capítulo LXVII. Cf. “LA FUTURA GRANDEZA DE ESPAÑA”; “EL SIGLO XX Y EL FIN DEL MUNDO”, del Doctor R., Pijoán, 5. Edición, págs. 217-18. Barcelona, 1914.) (El Anticristo y el fin del mundo. Dr. Don Antonio Martínez Sacristán, Canónigo lectoral de Astorga.)
Tomado del libro ¡Alerta Humanidad!