El Falso Ecumenismo
Vi, bajo una imagen de varios jardines formando un
círculo alrededor mío, la relaciones del Papa con los obispos. Vi al Papa mismo
sobre su trono, colocado como en un jardín. Vi en diversos jardines, los
derechos y los poderes de estos obispos, bajo forma de plantas, flores y
frutos, y vi relaciones, corrientes, influencias, como hilos o rayos yendo de
la sede de Roma a los jardines. Vi sobre la tierra, en estos jardines, la
autoridad espiritual del momento: vi en el aire, encima de ellos, la cercanía
de nuevos obispos. Así, por ejemplo, vi en el aire (en el futuro), encima del
jardín donde se encontraba el severo superior (el obispo de entonces, severo
porque era firme en la fe), un nuevo obispo mitrado, la mitra y todo lo demás.
Vi alrededor de él protestantes que querían hacerle descender en el jardín,
pero no con las condiciones que el Papa había exigido. (AA.III.128)
Ellos buscaban infiltrarse por toda clase de medios:
desordenaban ciertas partes del jardín donde plantaban malas semillas. Les vi
tanto en un lugar, tanto en otro, cultivar, o dejar en baldío, demoler y no
quitar los escombros, etc. todo estaba lleno de trampas y de ruinas. Les vi
interceptar y desviar las vías que iban al Papa. (AAA.III.128)
Ellos construían una
gran iglesia, extraña y extravagante; todo el mundo tenía que entrar en ella
para unirse y poseer allí los mismos derechos; evangélicos, católicos, sectas
de todo tipo: lo que debía ser una verdadera comunión de los profanos donde no
habría más que un pastor y un rebaño. Tenía que haber también un Papa pero que
no poseyera nada y fuera asalariado. Todo
estaba preparado de
antemano y muchas cosas estaban ya hechas: pero en el lugar del altar, no había
más que desolación y abominación. (AA.III.188)