En un sermón predicado en Barcelona el 13 de septiembre de 1401 para recordar a sus oyentes el fin del mundo, bajo el lema "Timete Deum", dice las siguientes palabras, refiriéndose a los últimos tiempos: "Vendrá un tiempo que ninguno lo habrá visto semejante hasta entonces... llorará la Iglesia, las viudas se lamentarán, hiriendo sus pechos, y no encontrarán consuelo. Ahora está lejos, pero vendrá sin falta y muy cercano de aquel tiempo en que dos empezarán a llamarse reyes, pero sus días no se alargarán mucho. Llorad viejos y ancianos; suplicad y llorad, si algunos sois testigos de aquel "estruendo, tan grande que ni fue, ni será, ni se espera ver otro mayor, sino el que se experimentará en el Día del Juicio".
Pero la tristeza se convertirá en gozo. El REY DE REYES Y EL SEÑOR DE LOS SEÑORES TODO LO PURIFICARA Y REGENERARA. La Francia con su orgullo será del todo abatida: En la casa santa, en las vuestras y en las de toda España prevendréis y dispondréis la JUSTICIA; LOS DIAS NO DISTARAN; ESTAN YA A LAS PUERTAS. Veréis una SEÑAL y no la conoceréis pero ADVERTID QUE EN AQUEL TIEMPO LAS MUJERES VESTIRÁN COMO LOS HOMBRES y se portarán según sus gustos y licenciosamente y los HOMBRES VESTIRÁN VILMENTE COMO LAS MUJERES".
Alerta Humanidad