Polonia Castellanos. Presidente de Abogados Cristianos. Abogado, máster en asesoría jurídica y fiscal, habla inglés, francés e italiano… Y lo más importante casada y madre de 4 niñas. Hablamos con ella sobre la denuncia de Abogados Cristianos a los que blasfemaron contra la Virgen del Rocío.
Aquí lo más grave, como dije en un artículo, es la ofensa a Dios y a la Santísima Virgen. Pero para que estas ofensas no se produzcan, tal y como está la ley, lo más eficaz es acogerse al derecho de la libertad religiosa y a que se respeten los sentimientos religiosos.
¿Por qué en Abogados Cristianos no dudasteis en denunciar a los blasfemos que en TV3 ofendieron gravemente la dignidad de la Virgen del Rocío?
Porque son ataques que no pueden seguir impunes, precisamente por haber dejado que nos insultasen y atacasen en España tenemos la impresión (creo que cierta) de que contra los católicos todo vale, que cualquier excusa es buena para insultarnos, burlarse y hasta amenazarnos. Si esto no cambia y estas conductas no se frenan, irán a más, como ya ha pasado, pues cada año hay más ataques y más graves, llegando hasta los límites que ya conocemos en España.
¿Qué motivos tienen para estar convencidos de que hay un delito?
La ley es muy clara, en España la Constitución recoge el derecho fundamental a la libertad religiosa, eso significa que tenemos derecho a que nos respeten por ser católicos, y en caso de que no se respete y se ataque, el código penal entonces actúa. Y es ahí donde encontramos el delito contra los sentimientos religiosos, que por cierto, está recogido en 22 países de la Unión Europea porque el respeto a las creencias religiosas es fundamental.
Cuando hay una blasfemia, ustedes suelen ser prácticamente los únicos en denunciar…¿Les gustaría que más organizaciones se uniesen en esta causa?
Bueno, lo que nos gustaría es que no se nos atacase, pero Dios nos da a cada uno unos talentos y tenemos que ponerlos al servicio del bien común, nosotros somos abogados por vocación y nos ponemos al servicio de la defensa de la vida, la familia y la libertad religiosa, no se me ocurre nada mejor ni mejor servicio.
¿Por qué son importantes estas denuncias en aras a que se lo piensen dos veces a la hora de blasfemar?
Porque si queremos vivir en una democracia es necesario que se respete a todos, y porque si estas conductas no se frenan irán a más, a peor y porque si la justicia no hace nada, muchas personas pensarán que se tienen que tomar la justicia por su mano, por eso es imprescindible algo tan simple como que los jueces apliquen el código penal, algo que desgraciadamente no siempre ocurre desde el momento en el que hay asociaciones de jueces que se niegan a aplicar el código penal y a castigar el delito contra los sentimientos religiosos.
¿Por qué en estos tiempos proliferan más que nunca las blasfemias y el odio hacia la Iglesia Católica?
En primer lugar porque es la lucha más antigua del mundo, además porque el globalismo promociona el aborto, la eutanasia…algo a lo que la Iglesia Católica se opone frontalmente, pero sobre todo porque cuando a los católicos se nos ha atacado nos hemos quedado callados y no hemos hecho nada, poner la otra mejilla no es dejar que nos insulten y nos ataquen, es justo todo lo contrario, es insistir en defender la vida, la familia y la libertad religiosa a pesar de jueces corruptos y de gobiernos ilegítimos,…
¿Qué otras blasfemias y ataques a la Iglesia han denunciado últimamente?
La profanación del Cerro de los Ángeles, la prevaricación del Presidente del Tribunal Constitucional y la defensa internacional del Obispo Nicaragüense Monseñor Rolando Álvarez, como ves causas cada vez más graves.
Usted ha puesto en sus redes que si la vergonzosa escena pública del Dalai Lama con un niño la hubiese hecho un sacerdote católico, estarían quemando iglesias, pero como es budista no pasa nada…
Exactamente, para mí la pederastia es sin duda el delito más repugnante de todos, pero hay personas a las que el delito no les importa, pues dependiendo de quién sea el responsable miran para otro lado o ven bien la excarcelación o reducción de condenas de pederastas, en fin, pura hipocresía.