viernes, 6 de octubre de 2023

Pedro Sánchez: Dame pan y llámame perro



No he conseguido asimilar los consejos de D. Quijote  a su buen escudero,   el señor Panza –Don Sancho-,  en relación a los refranes: y,  como  la gente de mi tierra, yo también  los tengo siempre a mano.  Creo incluso que podría elaborarse con ellos un “Manual de conducta para gente inteligente” porque consiguen frecuentemente resumir en pocas palabras, gruesos tochos alemanes de profunda filosofía teórica y práctica. Algunos son geniales. Y siempre van envueltos en la música adecuada: unos son dulces y relajantes  y otros desgarran y hacen pupas.

Después de tantos meses viendo al Dr. Sánchez  desnudando su alma cada día para mostrárnosla horrorosa, y a<absolutamente digna de su jefe y maestro si recordamos que Jesús, -nuestros Salvador, a la vez, Dios y hombre- definió al Diablo con nueve   palabras: Homicida desde el principio y padre de la mentira”. Es triste  ver a más de cuarenta millones de españoles  supeditados a los caprichos de un embustero insuperable, dedicado a garantizar como “derecho humano” el asesinar “no nacidos” en el vientre de su madre y a cuantos ancianos pueden “eutanasiar” o sea matarlos a sangre fría.

¡Homicida y mentiroso” como su líder Satanás!

Por supuesto que “suena muy duro” decir eso de un líder político pero la Lógica no tiene sentimientos en defensa de la Verdad. Es muy hiriente llamar a un hombre criminal y homicida, pero así se llama a todo el que mata a un semejante, con el agravante de “cobardía” porque es el más débil e indefenso… Que nadie se escandalice, pues. Pedro Sánchez tiene obsesión por facilitar el aborto y la eutanasia. ¿Qué él no asesina personalmente? ¡cierto!, pero hace algo peor lo aconseja, lo permite, lo facilita y quiere impedir que los médicos se nieguen a ser criminales, impidiendo la “objeción de conciencia. Lleva, pues, encima miles y miles de  homicidios, no uno solo.

De lo embustero que es no hablemos más. Es un dogma mucho más conocido y creído  que los del Credo. Ha mentido -y miente- con insuperable facilidad, sin importarle el oyente. Le da lo mismo hacerlo ante todo el pueblo español, o a solas con un individuo, delante un micrófono o de una cámara de televisión. Su “caradura” supera la dureza del grafeno y del carbino.

Tardé pocos meses en conocer al personaje y lógicamente inicié la búsqueda de una explicación del fenómeno. ¿Cómo es posible semejante  capacidad para afirmar una cosa y su contraria en plazos tan breves que,  a veces, no llegan a un día y sin importarle que lo graben o quede constancia escrita? Tampoco le afecta que se lo refrieguen en sus propias narices, ni le hace mella sin cambia la expresión….

Pues bien, sin pretenderlo el refranero me dio la solución a esa conducta incompatible con un mínimo de dignidad humana o de elemental vergüenza… Me vino a la memoria el adagio: “Dame pan y llámame perro” que siempre había considerado el summum de la degeneración en materia de personalidad.

Si se ha  caído tan bajo como preferir ser un perro para llenar la panza en  vez vencer a las circunstancias adversas luchando con la dignidad que Dios puso en el alma de todo ser   racional, se ha dejado de ser hombre y ya no tiene posibilidad de reaccionar al carecer de dignidad, ¡no hay ser más despreciable! No hay hoyo más profundo.

Mi gran preocupación ahora, viendo a España a punto de continuar gobernada por alguien así, sin que se produzca una reacción “a la española”  -¡por más europeos que seamos!-…  No por mí, sino por mis hijos y nietos que sufrirán las consecuencias de la modorra del Pueblo español que somos todos y hemos olvidado la Historia  sin haber aprendido nada.

Por otra parte  creo haber hecho cuanto estaba en mis manos tratando de impedir la equivocación de ruta y de estrategia.  He clamado en el desierto a lo largo de ochenta años. Creo haber visto siempre claro pero no era del gusto de los sabios ni de los mandos. Sólo me consuela –mejor dicho: ¡me  hace feliz!— saber que la Victoria final  será infaliblemente de quienes luchamos por la Verdad  y la Fe en Cristo, Rey de la Creación.

¡Pobrecitos los que hoy ríen en la Moncloa,…y en otras Sedes! Aprovechen  mientras puedan –recordando a San Pablo “¡De Dios no se burla nadie!


Gil de la Pisa