El Dr. D. José Boneta de la Plana, tan devoto de la Virgen Santísima del Carmen, en su librito intitulado “Gritos del Purgatorio” (cap. V), nos dice que el venerable y virtuoso sacerdote D. Juan Bautista Beltrán, cura de Alcora, se retiraba todas las noches a su iglesia, empleando gran parte de ellas en orar ante Jesús Sacramentado, rogando por las benditas ánimas y por todos los moribundos o agonizantes. Aconteció que, muchos viernes, los jovenzuelos del lugar, que solían salir de ronda por las calles a cortejar o galantear a las mozas con serenatas y cantares, oían, a eso de media noche, cómo tocaban por largo rato las ruedas de campanillas que estaban en el presbiterio de la iglesia.
Habiéndolas escuchado ya repetidas veces, una noche, al fin, se decidieron a satisfacer su curiosidad y saber el motivo de tales sonatas. Se aproximaron, pues, a las puertas de la iglesia, y advirtiendo que estaba sin echar la llave, decidieron entrar; mas, para no ser advertidos, empujaron suavemente la puerta, y , muy quedo y despacito, fueron deslizándose en la penumbra, y contemplaron al venerable anciano de rodillas en oración ante el Sagrario.
Estupefactos y admirados al ver que las campanitas del presbiterio se tocaban por sí solas, sin que ninguna mano visible las moviese, preguntaron al venerable párroco qué impulso o por qué arte se tocaban ellas solas.
A lo cual respondió el santo sacerdote: “Hijos míos, habéis de saber que como ya entra el sábado y van a abrirse las puertas del Purgatorio para que vuelen al Cielo las almas de los cofrades, a los cuales saca en este día de aquellas mansiones de dolor y expiación la Virgen Santísima; por eso, las almas de tales cofrades que han muerto durante esta semana, celebran acá, con estas muestras de regocijo, su buena dicha.
Quedaron edificados los jóvenes con estas palabras de su santo párroco, y decidieron ingresar todos en la santa cofradía del Escapulario del Carmen. Y los pasos que tal vez aquella noche hubieran podido acabar en ruina y perdición, finalizaron en un maravilloso ejemplo, para gloria y alabanza de María Santísima.
Milagros y Prodigios del Santo Escapulario del Carmen
por el P. Fr. Juan Fernández Martín, O.C.
Editado en 1956